domingo, 22 de febrero de 2015

LOS FLASHES, SOBRE LAS MINORÍAS Y LOS SENTIMIENTOS PROFUNDOS

A punto de la gala de la entrega de los Oscar, repaso una Berlinale que, como decían en el programa 'Días de cine', se caracteriza por "premiar a las causas nobles". Más allá, esta 65ª edición ha reunido un exquisito Cine indígena, presentado documentales reivindicativos y puesto de relieve a autores polacos, iraníes, chilenos... en una ciudad marcada por su multiculturalidad



Texto y fotos: Cristina M. Sacristán


Por la alfombra roja del Friedrichstadt-Palast. En esta edición, no han sido los más famosos los galardonados.




  Estoy muy contento porque esta edición de la Berlinale ha sido muy especial. Porque los pequeños filmes han sido premiados, convirtiéndose en grandes películas. Esto es muy importante para nosotros, porque en estos momentos el mundo no parece estar en el orden adecuado. Y en este pequeño planeta que es la Berlinale estamos conectados con el mundo y sus problemas reales a través de sus películas. Y parece que ha funcionado (...) Cuando veo cientos de miles de personas muriendo a un puñado de kilómetros de la Comunidad Europea me pregunto por qué los políticos y la gente no están haciendo algo para detener eso. Por qué pueden "shoot the world in pieces, but not in peace" (en pedazos, no en paz). Deberíamos hacer de este mundo un lugar mejor. Así que gracias de veras por vuestro arte, y gracias al jurado de la Berlinale por sus decisiones".

  El atareado director de la Berlinale, Dieter Kosslick, dijo estas palabras en la serena entrega de premios de la 65ª Berlinale. Estaba encantado con esta edición, aunque "muy cansado" por su intenso programa, y los últimos días ya no concedía entrevistas. Aún no se habían hecho públicos los premios, pero su discurso fue un anuncio de los resultados: Aunque la alfombra roja haya tenido mucho peso, con el glamour importado de Hollywood, de actores y actrices estelares, como Nicole Kidman, Juliette Binoche o James Franco, el festival berlinés, que sigue creciendo en cantidad y calidad, ha reflejado muy bien la multiculturalidad y la diversidad de visiones de cómo se construye el mundo actual, cómo cojea, cómo respira...



Una impoluta Nicole Kidman y su director, Werner Herzog, en el photocall de la presentación de 'Queen of the desert'.



  Ciertamente, en la Berlinale no han faltado los focos y los flashes, en multitudinarias ruedas de prensa y en el recorrido de las alfombras rojas cereza -como el color de Berlin-. Lo curioso es que estaba nevando y no había calefacción para las estrellas de vestidos vaporosos y trajes de chaqueta: se ve que, a veces, hay que sufrir para ser famoso... Sí, en cambio, muchos selfies, como una característica de esta edición, en los que han participado actores y actrices, e incluso hecho fotos, como en el caso de Charlotte Gainsbourg, quien aceptó hacer las veces de fotógrafa de la concurrencia desde la mítica alfombra...

  Locura en el lateral del Hotel Hyatt, al salir las estrellas. Los Audis invadían la zona acordonada por la policía. Ya en el colofón, el viernes 13, ni los periodistas podíamos ascender por la escalera a la zona de prensa, pues Cate Blanchett, Kenneth Branagh, Helena Bonham Carter y el resto del elenco de Cinderella dieron una rueda de prensa que se desbordó por los pasillos. Lily James es como el personaje de cuento que interpreta, con expresión sonriente y soñadora, mientras Blanchett es sobria, de modales y atuendo sencillos y nada ostentosos, pero de ojos hechizadores. Más que en pantalla. El príncipe, Richard Madden, más guapo que en la ficción, también; Bonham Carter, algo gótica e irónica, y Branagh, feliz con su estreno. Y no era para menos.

  Cómo aplaudió el público el final de las 12 famosas campanadas que devuelven a Cenicienta a sus ratones y su calabaza. Como en una persecución endiablada, se diría que estamos dentro de un cómic. Bueno, la propia Blanchett es la madrastra elegante y retorcida, la encarnación de la envidia y la frustración: "You are young, you are good", le espeta con rabia a Cinderella. Y Bonham Carter, un hada vacilona y poco ortodoxa, la tía maja que todas queremos de amiga... La factura del realizador de Hamlet redondeó el certamen.




Cate Blanchett, objetivo de los fotógrafos por todo el Hyatt Hotel. 'Cinderella' llegará a las pantallas españolas en marzo.



  Un buen revuelo se montó también el día 5, cuando Isabel Coixet abrió el festival con Nobody wants the night. La expectación era grande, y la directora de Sant Adrià del Besós estaba emocionada. Aunque lo suyo no son los flashes. En cambio, la laureada Juliette Binoche tiene mucha soltura ante las cámaras, y achuchaba a su directora con cariño y espontaneidad. Me la topé en el Hotel Regent, habilitado para las entrevistas, y parece muy simpática. Tiene una belleza muy natural, y está bastante delgada, aunque lucía flamante con su Armani, toda escotada a -2º C, por la noche, en la alfombra roja.

  Las chicas se volvieron locas con James Franco y Damien Lewis. Algunas se derretirían, pues el showman que puede llegar a ser el apuesto Franco ha venido a la Berlinale con tres películas esta vez. Curiosamente, James se reía a carcajadas en la rueda de prensa de Queen of the desert, mientras en la película Every thing will be fine, de Win Wenders, no se ríe hasta el final. Y es que este experimento en 3D camina por el dolor y la culpa, en una historia que recuerda a El laberinto de Nicole Kidman. Sale mal parada de su malestar Rachel McAdams (El diario de Noah) y le acompañan Charlotte Gaingsburg y Marie-Josée Croze.

  Helen Mirren, una auténtica Women in gold, fue otra de las actrices que más expectación suscitó. Y es que tiene una trayectoria excelente y está muy galardonada. En directo, pizpireta y más jovial que en algunos de sus papeles -como el de Elizabeth-, y bajita y delgada. Me causó la misma sensación que Concha Velasco, cuando la conocí siendo yo universitaria: llenaba el escenario con su esplendor, pero en la distancia corta te daba la mano y parecía que se iba a quebrar...




"Helen, Helen!", gritaban fotógrafos y fans agolpados en el lateral del Hyatt, a la espera de captar una sonrisa de Ms. Mirren.



  Los fans sí se concentraron en la Berlinale, y los cinéfilos hacían colas por los principales cines de la ciudad -dándose la reventa, por ejemplo, en el inasequible Friedrichstadt Palast-, pero el fenómeno de 50 sombras de Grey ha sido mediático, sobre todo en España. En Berlín fue acogida con tranquilidad, y los críticos hablaban de menos de 11 minutos de escenas sexuales. En cambio, Einsenstein in Guanajuato está repleta de escenas frontalmente sexuales -homosexuales-, con desnudos de los dos protagonistas, un coito anal en tiempo real y sin tapujos, duchas y contactos sexuales sin nada que ocultara sus partes pudendas... Creo que no había visto tantos minutos de penes en una sola película no pornográfica en toda mi vida...

  Y es que Peter Greenaway presenta una versión algo surrealista y descarada de un genial Einsenstein, locuaz, indagador, excéntrico y ultracreativo, que descubre la libertad sexual en México. Muchos que nos quedamos en El acorazado Potemkin y su ruptura con la historia del cine, descubrimos en Berlín las andanzas del director ruso, antes de regresar a su país, donde los homosexuales y disidentes a veces pagaban serlo en Siberia... Y es que Greenaway anunció, en rueda de prensa, que "el cine está ahí para ser disfrutado. Así que ¡disfrutémoslo!". Y de ahí su experimental e interesante Einsestein, todo un desafío a las convenciones...





Informándose sobre si hay "alguna entrada" en el solicitado Friedrichstadt-Palast, de Friedrichstrasse. Afuera, la reventa...



  Pues ni el Queen of the desert, ni Nobody wants the night, ni el cuento perfecto de Branagh, ni el sonoro Knight of cups de Terrence Malick. El independiente jurado de la Berlinale 2015 premió al cámara impenitente de Victoria, película del alemán Sebastian Schipper que narra, en una sola secuencia, las peripecias de una inmigrante madrileña en la noche de Berlín. Schipper asegura que su casting fue decisivo, que no hay trampa ni cartón, y que el filme ha seguido esta innovadora fórmula ¡de 114 minutos!

  Galardonó, también, el delicioso documental de Patricio Guzmán El botón de nácar, que viene a completar una trilogía en la que usa un elemento de la naturaleza como hilo conductor de su narración. En este caso, el agua, que recorre el cosmos y Chile, el país más largo del planeta, vapuleado por un Pinochet mortífero y, antes, por la extinción de los indígenas de la Patagonia. En una conjunción repleta de poesía...

  Y es que en esta ocasión la Berlinale dedicó su sección Native al cine Latinoamericano. Y el oso de Oro al mejor filme se lo llevó Taxi, una sencilla película sin grandes presupuestos pero sí originalidad y autenticidad. El farsi se dejó oír en la Berlinale, y ya antes de hacerse público el galardón Taxi había sorprendido en Berlín.






No es una suite. Es el tocador del lavabo del Hotel Regent...



  El Club, de Pablo Larraín, centrada en las relaciones grupales, consiguió otra codiciada estatuilla, así como el volcán guatemalteco Ixcanul, de Jayro Bustamante (otro guiño al cine indígena). En esta línea, la rumana Aferim! también logró el favor del jurado, con el Oso de Plata al mejor director, Radu Jude.

  Fue un gusto comprobar que la polaca Malgorzata Szumowska se llevara el Oso de Plata al mejor director, por Body. En este filme también se aborda la pérdida, con situaciones duras -el viudo que bebe y está ausente, y la hija que se vuelve anoréxica-, y tonos azules y tristes... Pero el patio de butacas sabía reír ante escenas cotidianas caprichosas y muy humanas, que se ve que lograban empastar al respetable. El deseo de recuperar la fe conduce a los protagonistas a escenarios extremos. Y, tras el llanto, la capacidad para reír...

  Body es uno de esos ejemplos de películas de este festival que vemos en versión original y luego leemos en inglés y alemán. Toda una clase práctica, y que nos ayuda a viajar por acentos y expresiones del mundo... Como un viaje en un festival que se desarrolla en Berlín, toda una torre de Babel...




Charlotte Rampling y Tom Courtenay firmaron sus fotos en la presentación de '45 años' en el Berlinale Palast.



  En esta línea de premios a las historias íntimas y humanas, los 45 años de matrimonio de Charlotte Rampling y Tom Courtenay les han proporcionado las estatuillas a mejor actriz y mejor actor. Una crisis tardía que les pone en jaque. Y unos actores veteranos y que llenaron la Berlinale con su presencia.

  En esta edición, preñada de títulos diversísimos, no han faltado documentales como Tell Spring Not to Come This Year, premio Panorama y dedicado a Amnistía Internacional, así como el corto El juego del escondite, rodado en Líbano por David Muñoz, para Acción contra el Hambre.

  ¿Se distinguirán los glamourosos Oscar de Hollywood por sus historias humanas? Ojalá el espíritu de la 65ª Berlinale alcance a Los Angeles y, como dice Kosslick, reinventemos un mundo mejor, a través del arte...



Ernst Lubitsch ocupa su lugar en el Paseo de la Fama, en Potsdamerstrasse.




Para más información: Reportajes sobre la Berlinale 2015. En El Tintero, entrevista con Isabel Coixet (Deia, Noticias de Gipuzkoa) y programas de radio en directo con Onda Vasca, el 6 de febrero y el viernes 13

Web Berlinale
Reportajes sobre la tensión Berlín-Atenas e islamismo-islamofobia, mientras transcurría el certamen. En el diario Deia y Noticias de ÁlavaY semblanza socio-política de ese periodo, en Gea Photowords
Otros reportajes sobre las elecciones alemanas, hace dos años, y su sociedad (Gea Photowords, El Tintero, etc.)
Reportajes sobre el Jubileo del Muro de Berlín (El Tintero, ON, Gea Photowords, Deia...), su multiculturalidad, su intensa vida creativa (El Tintero, El Asombrario, Deia, Aurora Boreal, Onda Vasca, Leer para creer...)
Recorrido por los múltiples eventos de Berlín (ON, marzo 2015. Págs. 30-33)
Web VisitBerlin
Vueling to Berlin

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