sábado, 1 de junio de 2013

EL AÑO MUNCH, VIENTO EN POPA


Mañana se inaugura en Oslo la mayor exposición monográfica sobre Edvard Munch, a caballo entre la National Gallery y el Munch Museum. Estamos en su año jubileo, pretexto perfecto para acercarnos por Noruega a recorrer algunos de los lugares que frecuentaba el famoso autor de 'El grito'


Texto: Cristina M. Sacristán
Fotos: C. M. Sacristán y Edvard Munch@Munch Museum/Munch-Ellingsen Group





Kay Johnsen muestra una imagen de Grieg, Munch e Ibsen, en el Engebret.


  Edvard Munch, taciturno, genial, algo enfermizo, investigador, paseaba junto al vasto fiordo de Oslo, y ahí se inspiró para retratar, tantas veces y de tan diversas maneras, a ese personaje atormentado que ha pasado a la posteridad por protagonizar El grito (Skrik). Amigo de Gustav Vigeland, Munch se sintió algo celoso de que el impresionante escultor consiguiera que la ciudad de Oslo le cediera un espacio de 320.000 m2 para distribuir en él, armoniosamente, cientos de figuras humanas en una impactante alegoría de la vida. Y es que Vigeland, aunque influido por Freud, tenía un carácter más positivo que Munch, algo que este viajado, trabajador y tenaz pintor no ostentaba muchas veces, por provenir de una familia depresiva.


  Del mismo modo que Ibsen, a Munch y a Vigeland les gustaba charlar con otros intelectuales en el ahora centenario Café Engebret, también restaurante, situado en Bankplassen. Desde su primer piso, el dramaturgo contemplaba el teatro y mascaba tabaco. En cuanto a Munch, solía inspirarse en la sala Hjørnekammer. Algunas veces Grieg interpretaba para sus amigos al piano...

  La vida de Munch no fue resplandeciente, alternando enfermedades con exposiciones y premios internacionales, pero quizás su carácter doliente dotó al talentoso autor de tantos óleos, grabados, fotografías, etc. de esos tonos oscuros, de cierta inquietud en las imágenes que plasmaba. Experimentaba con el tema del amor, y del erotismo, como vemos recurrentemente en El beso; inmortalizaba escenas de Noruega -Oslo, Ekeland, Løten- y, por ejemplo, acudió a muchos encuentros internacionales de artistas, como en París, Berlín o Praga, donde era muy reconocido. De hecho, el controvertido creador está considerado como el precursor del expresionismo europeo, además de "único entre los pintores noruegos", indican desde el Museo Munch.






Autorretrato con un cigarrillo (1895).





  Estamos en el Año Munch, 150 después de que el brillante autor naciera. En realidad, es un año jubileo, que partió hace seis meses y desembocará en el 12 de diciembre de 2013. Oslo aprovecha este periodo para mostrar sus bellezas y hacer el hincapié en los lugares que el artista retrató o donde le gustaba estar.


  Como no podía ser de otra manera, son la National Gallery y el Museo Munch las pinacotecas que comparten la exposición más completa nunca antes vista, en torno a la vida y obra del pintor expresionista: Munch 150. Mientras el Munch Museum recopila la mayor obra del creador, es en la National Gallery donde podemos ver, custodiada bajo candados, la última versión de El grito. Es una sala dedicada a Munch, en la que actualmente no podemos hacer fotos. Como saben, el más famoso óleo de este autor fue robado dos veces, en este país tranquilo, donde apenas se vigila nada. Por el contrario, actualmente si en alguna parte hay medidas de seguridad es en torno a la obra de Munch.




Munch está por doquier en Oslo, incluso al ir al baño del restaurante.




  Lógica y afortunadamente, Oslo rinde homenaje a los artistas que vio nacer, de forma que nos encontramos frases de Ibsen sobre las aceras que pisamos, por Karl Johans Gate, hacia su vivienda, cerca del Grand Hotel. Y algo parecido sucede con Munch: incluso en un restaurante que sirve un sushi inolvidable, cerca del Palacio Real, al ir al baño nos asalta un cuadro inequívocamente de su sello.

  Pero los dos museos citados son los que rubrican el año jubileo, y desde este 2 de junio presentan las 220 pinturas más importantes de Munch, con la restauración de The Frieze of Life (1902) y The Reinhardt Frieze (1906-1907). En realidad, el arranque de este año conmemorativo ya fue muy bueno, puesto que la exposición The Modern Eye fue muy exitosa en París, Frankfurt y Londres, antes de arribar al propio Oslo. Y el Munch Museum atesora una vasta colección de miles de obras del artista, entre ellas litografías, fotografías, bocetos... "El gran año jubileo será una oportunidad única en la vida para descubrir a Edvard Munch, aquí en Oslo", me contaba hace unos meses Sture Portvik, responsable del Munch Museum. Sture lleva unos meses muy ocupado con los preparativos de Munch 150, aunque con alegría: "Creo que los noruegos están completamente orgullosos de Munch".



Por Karl Johans Gate, la arteria principal de Oslo.
 

  La hiperactividad también se ha trasladado a Visit Oslo, tal y como verificaba hace una semana su relaciones públicas, Charlotte Skogen. Charlotte y las responsables de Innovation Norway en Madrid subrayan la oportunidad que supone para el viajero conocer de cerca este año, no sólo la potente obra de Much, sino además los lugares que frecuentaba. Entre ellos, Løten -donde en realidad nació, antes de ser trasladado a Oslo-, el energético fiordo que baña la ciudad, el Engebret, la colina Ekeberg, su estudio Ekely, el pueblo Asgårdstrand, donde pasó varios veranos, o el Aula Universitaria de Karl Johans Gate, decorada por el artista. Por el barrio bohemio de Grünerlokka pasó muchos ratos, y cerca se sitúa su museo homónimo.

  Y, si además de llenar el espíritu y las retinas quieren alegrar el estómago, el Grand Cafe sirve el Menú Munch todo este año, mientras el Hotel Continental también dispone del Munch Cake (menú). Y, claro, si se pasean por mis reportajes sobre Noruega, comprenderán por qué Munch es el pretexto ideal para adentrarnos por esos paisajes de agua y verdor, de cultura y de música y paz. Por una Noruega regeneradora en tiempos convulsos en el Sur...



Una de las versiones de 'El Grito' (litografía).



Ver en El Tintero: reportaje De Oslo a Bergen, paz, naturaleza, cultura
Apartado Trabajos - Viajes y Arte - Cultura
Reportaje El autor que gritó al óleo cumple 149 años (+ pág. 2)
Reportaje sobre los fiordos noruegos en la revista ON
Galería Fotográfica anexa


1 comentario:

  1. Y, si además de llenar el espíritu y las retinas quieren alegrar el estómago, el Grand Cafe sirve el Menú Munch todo este año, mientras el Hotel Continental también dispone del Munch Cake (menú). Y, claro, si se pasean por mis reportajes sobre Noruega, comprenderán por qué Munch es el pretexto ideal para adentrarnos por eso la-voz.net/periodo-litico/

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